PALABRAS SOBRE SANTIAGO


''El cielorraso se descascara pidiendo que vuelvas.
(Y de mi corazón mejor no hablemos).''
José Sbarra 


A Santiago Federico
I

cantándole a mi dulce corazón
naciendo al mismo tiempo que la ternura

cosas por las que escribo

II

doblegarse en el viaje entre las palabras
curtirse los ojitos achinados pequeños muy pequeños
y ya no más hacer las tareas de siempre
ay, verte reír, verte reir

III

líquido mi deseo
líquida la sepultura de mis silencios
todo líquido

mis lágrimas un plasma viviente

IV

y si acaso en este destruir las estructuras enloquece el silencio
y si acaso en este despertarse eterno la risita súbita desconcierta e inquieta
pues celebro, levanto la copa de vino, el pico del vino, qué estoy diciendo, mejor un sorbo
fuerte muy fuerte
y que suba hasta arriba y se funda con el todo
el delirante sitio de los chasquidos
el impenetrable piano disonante

¡está zapando pero con el bandoneón, vos aún no entendés nada, nunca nada!
ah, pero yo, yo recién estoy naciendo
aún no sé pronunciar palabras

sólo digo amo, y cómo lo digo, y qué lindo me sale!

V

emergente y desubicado
este precipitarse hacia una figura súbita

delicioso, travieso, bullicioso
este decirse así que se está enamorado

y es cierto que un ánimo de luminiscencia llega a casa,
que viene montando sobre un ángel de rostro de marfil,
que viene balanceándose muy tiernito junto al fresco viento del sur

y entre tantas palabras que se reproducen en este seno
mientras este escorpión, que da vida y se alimenta de aquéllas,
aún veo las cosas y trémulo

pero ya son tiempos de girar los ojos hacia cosas
incluso más magníficas

y te veo a tí y pronuncio tu tango
y vuelvo

VI

en este teatro de mala muerte todo roñoso
se hallan en una esquinita un bandoneón polvoriento usado remil usado
unos violines de pura cepa-sepultura
un chillido que nace desde La Salida y posa despacito sobre el cementerio de los amantes
el filósofo queda allí sólo solito contemplando

pero he aquí lo que el actor no descubre aún entre sus líneas:
los personajes que hay dentro sólo salen a pasear cuando telón
lo otro es fábula y realismo mágico

VII

yo que he sido portador de la luz y de los cielos
yo que he saltado desde aquí hasta el otro mundo

me entregaré a estas manos de los siglos
para recibir la caricia jamás dada


VII

pasé por varios sitios
entre las estrellas todo titilante, como se espera
entre los difundos* todo vibrante, como se dice

ah, pero entre tus vocales, sólo un susto de noche
y este refugio en realidad, que da a monstruo, y en realidad es bello ángel

temed a las vocales, las palabras tienen habitaciones donde las huérfanas del veneno lloran
temed a las silenciosas vocales
temed

luego enamorarse, o directamente enamorarse, mejor ya fue y enamorarse

(*Difuntos, pero ¿acaso no están difundidos en todos lados una vez muertos? Elocuente dislexia.)

VIII

yo dije que iba a terminar en un sitio eterno de castidad
luego el medioevo, un renacentismo, una vuelta a la modernidad

-ay Carla, yo dije tantas cosas-
pero luego tus ojos

ay, tus ojos, ay

IX

no sé escribir por fuera de un cuarto sin luces ténues
ni caminar con comas ni martillar las sienes sin humos ni mentir

reconozco lo insólito de saberse una sensualidad en el peligro
aún más de saberse amado en la ternura

mas yo me fundo en tu piel y aún, increíblemente, estás por poco muy lejos

X

es un disco crujiente algo antiguo
suena vibrante en el centro del pecho
y todo el polvo que aquí se acumulaba
el sonido lo ha transformado;
ahora es materia brillante, un aire fértil
y veo cómo estas flores emergen desde los rayitos de luz del Dios Inti
entrando uno tras de otro por las ventanitas de casa;
y es aún de mañana incluso si aquí se la considera de noche -aquí siempre la noche-
y es como una fiebre de Alicia en el país,
y estoy desnudo danzando al compás de tus vellos agitados al aire,
estoy aqui, yaciendo entre las tiernas manos de los siglos
trayendo a casa la memoria del júbilo
columpiándome entre las ideas;

crujiente tornando a eléctrico, sí (y principito)
y tu cama es un templo invaluable;
crujiente tornando a tierno, sí
y tus frágiles-apacibles-húmedos ojos que sonríen en mí como quien quiere la cosa desde siempre

ay, ay,
yo lo canto con fervor, con ímpetu:
es un sexo lila imparable
que todo lo enciende, que todo lo ama
es un hundirse hacia afuera
un contradecirse constante
un viajar transatlánticamente
un sitio seguro donde la dulzura salta

esto mío todo mío dentro mío furiosamente dentro
es un pedacito de ángel que aún vive, aún canta
y es reflejo nada mío fuera mío plenamente fuera
es un sitio seguro donde aún se ofrece, aún se abraza

ma, no te das una idea lo lindo-lindísimo que el guachín canta
y no creo saber escuchar aún Semejante Belleza

¿por qué tanta belleza, señor, por qué?

XI

eventos nocturnos
se dan a la fuga sus límites
y el aroma y sus vestigios quedarán en la memoria
de estas manos suaves y cálidas

y una sed de abrazar al canto
y una sed de ir nada más que hasta el fondo

quién pronunciará mi nombre
sin temerle a las vocales
quién hará los trabajos y las noches
cuando la lámpara del cuarto explote

y una sed de silencios cómplices
y una pura sed de templanza

nada más que ir hasta el fondo
y fusionarse con lo que se desconoce

cantar el jazz, el blues, el rock and roll
sacarse los ojos y dejarlos en la repisa
hallarse entre los mantos del mañana
vomitar el dolor con aliento a lilas
zurcir la desgarradura-reminiscencia del ayer
volver a un centro e irse múltiple
yacer en la espera y volar en compañía
besar estos labios que tienen prisa-vestigios
bailar, tomar las calles, hacerle rostro enteramente a la policía
militar en la falta y la desidia
susurrar con un aire muy tibio, tendidos de las manos,
y pronunciarse eternamente desde el amor


oh, y yo aquí puro juego pura luna
oh, y yo aquí siempre-siempre

siempre-siempre y la ternura

XII

vendré, y ellos no me verán venir
¿y vos?

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