ESCRITOS DESDE EL PARAÍSO DE LAS TIERNAS SOMBRAS DEL HOY
I
yo lucifer
yo sombras de la noche toda
yo tan ebrio de mi mismidad y de mi martirio
yo, yo, y mis otros reflejos perfectos de los que nunca me hice cargo
yo y sólo quienes pueden beberse en mí como si mi cuerpo se tratase de un cuarto que protege
yo y sólo la orden de una fuente eterna de vida en el umbral del olvido
¡que algo irrumpa la abrumadora-irreverente-opaca realidad!
¡yo, un intento desesperado por callar tantos siglos en profunda negritud!
¡yo, un momento donde alma-mente-cuerpo-espíritu se hacen uno y tan sólo uno y perfectísimo ante el subrepticio encanto-hechizo-poder-de-atracción-o-persuación de las cosas!
yo sombras de la noche toda y sus escritos desde el paraíso
yo tan fusilado por las mañanas lilas y el alzarse de medianoche, de las nubes sobre el manto naranja
yo lucifer
yo sombras de oro
II
no es lo mismo
hay algo en mi belleza que no puede ser dicha
que
hay algo en mi belleza que no puede ser dicho
y aún a pesar de las enormes diferencias
en su círculo del sinsentido sinvalor
esa complicidad me identifica
es cierto que hay algo en mi belleza
y estorba su fluir eléctrico connatural-celestial
y es cierto que hay sitios que no pueden ser explicados
ni el cuerpo del poema,
ni su silueta
y no es lo mismo
iré al parque a sacarme el polvo
que iré al parque para saciarme de él
no es lo mismo
ni importa en este dibujo
no es lo mismo
y mi jaqueca aumenta sin medida
dó el arbitrio cotidiano
dó el sabor del elixir todo mío
dó la prosa cuando tanta duda sólo enmudece a los recién llegados
hay algo en mi belleza que no puede nada
y en realidad está, quiero decir, que lo puede todo
dó el paraíso
oh, tan sólo un aquí
III
cuando las voces de allá vengan a este otro allá
mi piel volverá a renacer como un ave fénix
si tan sólo pudiera recoger las tumbas con mis meras mano de ángel caído
si tan sólo siquiera pudiera cantar en esos registros
cuando las voces de aquí vengan hasta aquel otro aquí
mis ojos llenos de lágrimas volverán a socorrer las sequías
pero no estamos hablando de la misma historia del fuego
pero no estamos hablando de los mismos dioses
hay algo que está muerto y sepultado
y si no soy yo
y si no son mis sueños
de quién más podría estar hablando
oh, habré estado hablando de los lazos de la tierna infancia jamás pronunciada
IV
son estas pulsiones que siembran la culpa en derredor
y no podré silenciar ninguna al menos que me pare sobre la orilla aquella y me ponga luego de rodillas
no ante la divina comedia ni el divino drama
no ante la luz eterna del alfa y el omega
no ante nada ni nadie ni uno eterno y todo poderoso
ponerse de rodillas siempre es un acto hacia sí
cómo exigir un perdón a un mounstruo grande omnipotente
cuando no puedo siquiera simplemente arrodillarme en debida pauta
pídeme perdón
pídeme perdón
pídeme-lo
laurentius, pídeme perdón y te habré dado la eterna bienaventuranza
la eterna corona que tu nombre implora y pide y pide sin medida
pídeme perdón por esa lista interminable de diligencias innecesarias del día a día
pídeme perdón
pídeme perdón
pídeme todo por favor salvo el poema
que ya tengo suficiente con mis nombres esta noche
V
esta pila de deseos inconclusos que lloro sinceramente desde el pozo
este manejar mis miedos con libros de enamoradas al viento y sus hijas las dulces aguas del mar
este navegarse y repetirse así como si nada pasara porque es cierto que lo que se dijo de que nada pasa es verdad
este Ravel que mira (a)dentro nuestro y se lleva en un barquito de papel rosa colonial las colonias enteras de mis dulces melodías de la infancia huérfana
oh, explicar con palabras de aquel mundo que este barquito de papel rosa colonial zarpó desde mí llevándose todo y dejándome nada más que mi nombre
oh, explicar con palabras la dulce melancolía del viajar a extrañas tierras
oh, pizarnik y su delicada manera de llevarte con ella hasta el fondo, nada más que hasta el fondo
oh Isidoro
oh la magnificencia
oh la pata de pájaro defectuosa-monstruosa-mendicante
nada de ello no,
nada de ello impide al ave desplegar sus plumas
sobre todo cuando la negritud de los ojos de la señorita lila esperan fervientemente
sobretodo cálido y aterciopelado que cubre mi herida primera:
[yo
IV
ve a un sitio donde los cuervos no hagan más que cazar las presas
ve a un sitio furtivo prófugo de toda palabra
ve a un café, irrumpe la noche, saca de tí el filo y escríbeme palabras como piedras preciosas por las que desvivo
ve allí que es aquí que es lo mismo que ya nada importa
VI
serán los tiempos los que decidan sobre nuestras cabezas
no los secretarios del omnipotente, no los guardianes, no siquiera las bestias pintadas creadas medievales
serán los tiempos los que decidan sobre nuestras lenguas
usted seguirá creyendo que hablo de dioses
dó quedó la dulce ironía
pero señor entienda que nadie más que este lamento podrá decidir sobre quién será mi destino
qué será de él cuando todo haya terminado
[y es que en el pesar-pasar de los siglos
sólo existe un sitio en algún rincón recóndito de la noche donde el alma posa desnuda entre tanta mierda
VII
a los poetas malditos mis silencios múltiples
a los armados ni la nada sólo mierda
VIII
escribo desde el fuego
escribo desde el fuego porque tato ardor
no puede venir desde las oscuras tinieblas
tan poderoso es este canto
que sucumben las morales
las de estas tierras
las de cruzando el charco
se dirá que estas uñas ya no rasgan la tierra y la dividen en
miles
se dirá que estos ojos que laten deseosos no saben nada
nada es más profundo que estas ventanas
donde logran verse todos juntos
cenando sonriendo danzando
nada es más profundo que ese mirarle hasta consumirse la idea que se le tiene a la pulsión
se dirá que se vive sólo por el cuerpo
se dirá que es hora ya de acabarse
pero yo escribo desde el fuego
pues no más desde las cenizas
porque tanto ardor pide nueva vida,
un recorrer alegre la sangre toda,
un suscitarse constante
IX
yo lucifer de las tiernas sombras del hoy que es ayer y que será mañana
yo lucifer que en el viento todo lo puede y en cielo todo lo arrasa
yo lucifer de cantos gloriosos de sienes pequeñas de curiosidades fusiladas lengua movible taciturna peligrosa
yo lucifer
o simple mortal
o simple mortal
o simple mortal
oh, simple mortal de mí !
X
hacia el final de las noches
no queda nada
sólo la estética del suplicio
yo lucifer
yo sombras de la noche toda
yo tan ebrio de mi mismidad y de mi martirio
yo, yo, y mis otros reflejos perfectos de los que nunca me hice cargo
yo y sólo quienes pueden beberse en mí como si mi cuerpo se tratase de un cuarto que protege
yo y sólo la orden de una fuente eterna de vida en el umbral del olvido
¡que algo irrumpa la abrumadora-irreverente-opaca realidad!
¡yo, un intento desesperado por callar tantos siglos en profunda negritud!
¡yo, un momento donde alma-mente-cuerpo-espíritu se hacen uno y tan sólo uno y perfectísimo ante el subrepticio encanto-hechizo-poder-de-atracción-o-persuación de las cosas!
yo sombras de la noche toda y sus escritos desde el paraíso
yo tan fusilado por las mañanas lilas y el alzarse de medianoche, de las nubes sobre el manto naranja
yo lucifer
yo sombras de oro
II
no es lo mismo
hay algo en mi belleza que no puede ser dicha
que
hay algo en mi belleza que no puede ser dicho
y aún a pesar de las enormes diferencias
en su círculo del sinsentido sinvalor
esa complicidad me identifica
es cierto que hay algo en mi belleza
y estorba su fluir eléctrico connatural-celestial
y es cierto que hay sitios que no pueden ser explicados
ni el cuerpo del poema,
ni su silueta
y no es lo mismo
iré al parque a sacarme el polvo
que iré al parque para saciarme de él
no es lo mismo
ni importa en este dibujo
no es lo mismo
y mi jaqueca aumenta sin medida
dó el arbitrio cotidiano
dó el sabor del elixir todo mío
dó la prosa cuando tanta duda sólo enmudece a los recién llegados
hay algo en mi belleza que no puede nada
y en realidad está, quiero decir, que lo puede todo
dó el paraíso
oh, tan sólo un aquí
III
cuando las voces de allá vengan a este otro allá
mi piel volverá a renacer como un ave fénix
si tan sólo pudiera recoger las tumbas con mis meras mano de ángel caído
si tan sólo siquiera pudiera cantar en esos registros
cuando las voces de aquí vengan hasta aquel otro aquí
mis ojos llenos de lágrimas volverán a socorrer las sequías
pero no estamos hablando de la misma historia del fuego
pero no estamos hablando de los mismos dioses
hay algo que está muerto y sepultado
y si no soy yo
y si no son mis sueños
de quién más podría estar hablando
oh, habré estado hablando de los lazos de la tierna infancia jamás pronunciada
IV
son estas pulsiones que siembran la culpa en derredor
y no podré silenciar ninguna al menos que me pare sobre la orilla aquella y me ponga luego de rodillas
no ante la divina comedia ni el divino drama
no ante la luz eterna del alfa y el omega
no ante nada ni nadie ni uno eterno y todo poderoso
ponerse de rodillas siempre es un acto hacia sí
cómo exigir un perdón a un mounstruo grande omnipotente
cuando no puedo siquiera simplemente arrodillarme en debida pauta
pídeme perdón
pídeme perdón
pídeme-lo
laurentius, pídeme perdón y te habré dado la eterna bienaventuranza
la eterna corona que tu nombre implora y pide y pide sin medida
pídeme perdón por esa lista interminable de diligencias innecesarias del día a día
pídeme perdón
pídeme perdón
pídeme todo por favor salvo el poema
que ya tengo suficiente con mis nombres esta noche
V
esta pila de deseos inconclusos que lloro sinceramente desde el pozo
este manejar mis miedos con libros de enamoradas al viento y sus hijas las dulces aguas del mar
este navegarse y repetirse así como si nada pasara porque es cierto que lo que se dijo de que nada pasa es verdad
este Ravel que mira (a)dentro nuestro y se lleva en un barquito de papel rosa colonial las colonias enteras de mis dulces melodías de la infancia huérfana
oh, explicar con palabras de aquel mundo que este barquito de papel rosa colonial zarpó desde mí llevándose todo y dejándome nada más que mi nombre
oh, explicar con palabras la dulce melancolía del viajar a extrañas tierras
oh, pizarnik y su delicada manera de llevarte con ella hasta el fondo, nada más que hasta el fondo
oh Isidoro
oh la magnificencia
oh la pata de pájaro defectuosa-monstruosa-mendicante
nada de ello no,
nada de ello impide al ave desplegar sus plumas
sobre todo cuando la negritud de los ojos de la señorita lila esperan fervientemente
sobretodo cálido y aterciopelado que cubre mi herida primera:
[yo
IV
ve a un sitio donde los cuervos no hagan más que cazar las presas
ve a un sitio furtivo prófugo de toda palabra
ve a un café, irrumpe la noche, saca de tí el filo y escríbeme palabras como piedras preciosas por las que desvivo
ve allí que es aquí que es lo mismo que ya nada importa
VI
serán los tiempos los que decidan sobre nuestras cabezas
no los secretarios del omnipotente, no los guardianes, no siquiera las bestias pintadas creadas medievales
serán los tiempos los que decidan sobre nuestras lenguas
usted seguirá creyendo que hablo de dioses
dó quedó la dulce ironía
pero señor entienda que nadie más que este lamento podrá decidir sobre quién será mi destino
qué será de él cuando todo haya terminado
[y es que en el pesar-pasar de los siglos
sólo existe un sitio en algún rincón recóndito de la noche donde el alma posa desnuda entre tanta mierda
VII
a los poetas malditos mis silencios múltiples
a los armados ni la nada sólo mierda
VIII
escribo desde el fuego
escribo desde el fuego porque tato ardor
no puede venir desde las oscuras tinieblas
tan poderoso es este canto
que sucumben las morales
las de estas tierras
las de cruzando el charco
se dirá que estas uñas ya no rasgan la tierra y la dividen en
miles
se dirá que estos ojos que laten deseosos no saben nada
nada es más profundo que estas ventanas
donde logran verse todos juntos
cenando sonriendo danzando
nada es más profundo que ese mirarle hasta consumirse la idea que se le tiene a la pulsión
se dirá que se vive sólo por el cuerpo
se dirá que es hora ya de acabarse
pero yo escribo desde el fuego
pues no más desde las cenizas
porque tanto ardor pide nueva vida,
un recorrer alegre la sangre toda,
un suscitarse constante
IX
yo lucifer de las tiernas sombras del hoy que es ayer y que será mañana
yo lucifer que en el viento todo lo puede y en cielo todo lo arrasa
yo lucifer de cantos gloriosos de sienes pequeñas de curiosidades fusiladas lengua movible taciturna peligrosa
yo lucifer
o simple mortal
o simple mortal
o simple mortal
oh, simple mortal de mí !
X
hacia el final de las noches
no queda nada
sólo la estética del suplicio
Comments
Post a Comment